(porque los poemas se hacen de sonido y de luz)
Lo que verás aquí con los oídos y escucharás con los ojos son las no-páginas de un no- libro de poesía experimental escrito por artistas/sensonautas de todo el mundo/globo/mall. No es arte para marchands o coleccionistas. Son hojas sueltas, en el papel o en la pantalla. Se trata de formas divergentes, mestizadas, para leer y escribir el mundo desde otros ojos/oídos/sensores. La escritura como forma envolvente, sinestésica. La mano y la hoja de papel, el mouse, el modo y el modem…
La muestra, callejoneando...
Son formas –un golpe de dados (¿abolirá el azar?)– que hemos visto y digerido desde la publicidad y los medios de comunicación audiovisuales y, por supuesto, los digitales (la galaxia Internet, las comunidades espóricas, hasta nuestro punto Ge)… Y aquí merito, en este punto Ge, aparece con sus lentes de huevos estrellados Melquíades Herrera, el artista/instigador/provocador de la palabra, que nos descubría las otras maneras de escribir el arte, los otros modos, con y a través de objetos de la cultura popular mexicana. A él y a su irreverencia impura y transgresora, que eliminaba células muertas en el vecindario artistoso, está dedicada esta 8ª Bienal con un típico/clásico recordatorio
urticante/
contracultural/
regrésamelasipuedesmitoritonegro…
Roberto López Moreno: poema Négridas
Iniciadas en 1985 y principios de 1986, las bienales de poesía visual y experimental en México han intentado implantar y difundir en nuestro medio artístico la tradición y práctica del texto/acto sonorovisual poético –con antecedentes milenarios y expresiones en todos los movimientos de vanguardia del pasado siglo XX y las primicias de la actual (¿post?) y vuelta a empezar.
Entre las proliferantes formas que asume esta poesía de la intercodificación están las denominadas: visiva, concreta, aleatoria, evidente, fonética, gráfica, elemental, electrónica, automática, gestual, cinética, simbiótica, ideográfica, multidimensional, espacial, permutacional, casual, programada, cibernética, semiótica; a lo que se añaden prácticas como la poesía sonora, matérica, caligráfica, gimnástica, comestible, dinámica, imposible, o la “nueva escritura”, la “escritura englobante”, la videopoesía o la fotopoesía, y ahora la V-Poesía (virtual), entre otras variadas combinaciones y búsquedas. La mano y la hoja de papel…
Esta 8ª Bienal es una triada, una trinidad non sancta compuesta por tres acciones, a saber: primer acto, la exposición internacional con textos-obras de autores de alrededor de treinta países –retrospectiva de las siete bienales previas– y cuyo punto de unidad y (des)equilibrio es Melquíades Herrera; y aquí viene el segundo acto con la presencia de Maris Bustamante y su Corazón para Melquíades, de Mónica Mayer y Victor Lerma con su ofrenda virtual para Melquiades, pieza conceptual para Internet, así como el texto/corazón de Marisa Lara y Arturo Guerrero.
Más las obras del colectivo PEAC (Procesos y Estrategias del Arte Contemporáneo), a saber: reinterpretación del Concierto Coca-Cola, número 5, y Monografía de Melquíades Herrera, acciones colectivas, así como La Frontera, de Katnira Bello, Contracto (Futuras Reliquias), de César Cortés, y M68 y 4 Volantes del Conejo , de Victor Sulser. Finalmente, la pieza (de canicas y recuerdos) Deseos, de Pancho López. Para terminar con In Memoriam Interruptus, poema/serpiente de Araceli Zúñiga y César Espinosa.
Katnira Bello y Víctor Sulser (Colectivo PEAC)
Y, tercero, la presencia chispeante-sabrosa-amorosa de artistas mexicanos de muy diversas cocinas, hormos, hornillas, hornazas y fuegos (pirotécnicos) tecnológicos y trans/disciplinas: UNO es Música de Cámara, proyecto/manifiesto transdisciplinario (esto es, abolidas las fronteras), coordinado –y convocado– por Juan José Díaz Infante, junto con Arturo Márquez, a 20 años de haberlo presentado por primera vez, entonces con Ángel Cosmos(†1994). Hoy, este proyecto/manifiesto luce más fresco y rico que nunca.
Y DOS, LuX ’N’ Motion, concebido y coordinado por Damián Walsdorf, con la complicidad y talento de Pablo Corkidi, Claudia Pérez y Sara Hemsani. Ellos nos posibilitan un espacio para las nuevas escrituras (incluídas las de género, con Ximena Bedregal) textuales, visuales, virtuales, sensoriales. Destinadas a los nuevos prototipos de seres humanos que procesan, digieren y regurgitan al mundo de manera diferente, divergente, transgresora(mente) MelquiadesHerreriana. Eso es lo que investigó Melquiades Herrera: la utilización de todas las herramientas –manita de plástico incluida– a nuestro alcance para aprehender, desaprendiendo, las convencionales y castrantes limitaciones de la educación visual, sonora y emocional que signó nuestra (dis)formación escolar y familiar. Damián Walsdorf y Pablo Corkidi se meten de lleno a la reflexión acerca de las estéticas de lo por venir.
Esperamos tu visita y tu opinión, que creemos serán tan radicales y antisolemnes como las escrituras que aquí ponemos a tu personal neuro-emocional-cuántica-pragmática experiencia cognitiva. A la trama –crepitante/crocante– de la genómica & multimediada realidad glocal que nos envuelve… ¡ayy, mamita!
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